Fue una final que nadie esperaba. La final del Mundial de 1994 entre Italia y Brasil fue la más inesperada en la historia de esta competición. Todo el mundo había pronosticado una victoria fácil para Brasil, el equipo del deporte rey con cinco delanteros de talla mundial en la delantera. Sin embargo, esa tarde de julio en Nueva Jersey, fue Italia quien salió victoriosa en lo que probablemente fue la final más emocionante jamás celebrada en ese momento. Por una vez, no todo fue cuestión del estilo brasileño. Los italianos jugaron un fuerte juego defensivo con tácticas neutralizadoras y marcaje humano para restringir el espacio para los delanteros brasileños. ¡No se trataba tanto de driblar o disparar sino más bien de placar y marcar! El partido terminó en la tanda de penaltis y Brasil ganó 3 - 2.

El camino hacia la final

Varios equipos eran vistos como favoritos para ganar el título, pero dos eran los claros favoritos. Se esperaba que Brasil ganara por quinta vez en su historia, después de haberlo ganado cuatro veces en el pasado. Italia era la campeona defensora y tenía un equipo que incluía a algunos de los mejores jugadores de todos los tiempos. Eran favoritos para retener el título que habían ganado hace 4 años. Los equipos tenían estilos contrastantes, pero ambos habían tenido un gran éxito y la mayoría de los expertos creían que estaba demasiado cerca para decidir quién ganaría. Brasil llegó al torneo después de un largo período de decepción para la Selecao. Habían terminado en segundo lugar en los dos Mundiales anteriores y perdieron la Copa América de 1991 y la edición de 1987. El equipo había sido duramente criticado y el lema 'Joga Bola' (Play Ball) era un recordatorio del hermoso y creativo fútbol brasileño. Algunos criticaron a Brasil por jugar un juego demasiado ofensivo y no ganar los partidos con un fuerte juego defensivo.

Brasil – Los favoritos para ganar el Mundial

Brasil tenía un equipo fuerte en 1994 con jugadores como Romario, Bebeto y Careca, todos ellos goleadores probados. También contaron con un gran entrenador táctico, Carlos Alberto Parreira. Carlos Alberto era un entrenador con mucha experiencia y había guiado a Brasil al título en la Copa del Mundo anterior. También tenía experiencia en el otro gran torneo, habiendo ganado el Campeonato de Europa de la UEFA en 1984. Parreira creía firmemente en la formación 4-4-2 y la había implementado con éxito en los Mundiales anteriores. Con la misma formación, se mostró confiado en que su equipo conquistará el título por quinta vez. El ataque de Brasil fue sin duda una fuerza a tener en cuenta. El equipo contaba con varias estrellas atacantes, entre ellas Bebeto, Romario, Careca y Muller. Todos estos jugadores eran goleadores probados y habían marcado goles en sus ligas nacionales. Después de la decepción de los Mundiales anteriores, Brasil tenía un equipo fuerte con una mezcla de juventud y experiencia.

Italia – Campeones defensores

Como se mencionó anteriormente, Italia fue la campeona defensora. Habían sorprendido al mundo al ganar el título en España en un torneo en el que se esperaba que terminaran tercero o cuarto. Los italianos habían superado al favorito Brasil en la semifinal y, aunque fueron elogiados por su fútbol ofensivo, el equipo fue criticado por su falta de creatividad. El técnico italiano de aquella época, Azeglio Vicini, fue criticado por su estilo de juego defensivo. El equipo italiano tenía una mezcla de juventud y experiencia, con jugadores como Roberto Baggio y Franco Baresi. Italia tenía una defensa fuerte y un mediocampo que podía ganar partidos. El equipo también contaba con un gran delantero, Salvatore Schillaci, que había marcado 5 goles en el torneo. Sin embargo, a pesar del éxito del torneo anterior, Vicini decidió cambiar de táctica y jugar un juego defensivo. Se utilizó la formación 4-4-1-1 para mantener la portería a cero y marcar en la contra.

Un partido tácticamente astuto

La final fue un partido tácticamente astuto disputado por dos equipos que querían ganar el partido pero tampoco perderlo. Los italianos jugaron un juego defensivo con una formación 4-4-1-1 para mantener la portería a cero. Los laterales fueron un poco más ofensivos, pero a los mediocampistas centrales y al único delantero se les pidió que se sentaran y defendieran. La selección brasileña jugó con un sistema 4-4-2, con 2 en ataque con la intención de marcar goles. Se esperaba que los centrocampistas desempeñaran su papel tanto en defensa como en ataque. Los dos equipos empataron sin goles en el partido de la fase de grupos, pero la final es diferente. Se esperaba que los italianos ganaran el partido principalmente porque jugaban en casa. Se esperaba que los italianos ganaran el partido en territorio rival y consiguieran la copa por cuarta vez. El partido se jugó en el Giants Stadium de Nueva Jersey, donde los italianos se sentían cómodos jugando. El partido terminó con la victoria de Brasil tras los penales, 3 - 2.